martes, 27 de marzo de 2007

Llueve sobre el imperio…

Tarde plomiza en Río Cuarto. El ruido de los autos en la calle empapada, la gente que camina apurada para no mojarse (tanto). Solo se escucha el ruido de la cuidad humedecida. Entre mate y mate, vuelven los recuerdos a dibujarnos una sonrisa. El perro que apoya su negra nariz sobre el vidrio frío, absolutamente aburrido, sin poder salir a la plaza. De repente, alza sus orejas, mueve enérgico la cola y ladra sobresaltado… Quien es? Que pasa?... Alguien golpea a la puerta, un amigo que llega a compartir estos mates amargos y a charlar “hasta que pare de llover”. La tarde se hace mas grata aún ahora, gracias por estar hoy…. Aunque sea pasado por agua.-

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